lunes, 23 de febrero de 2009

¿Dónde está el crédito que "no aparece"?


Copio y pego un articulo completo de David Villalba para el periodico digital de El Pais porque me parece uno de los mas esclarecedores que he leido sobre el credito, los bancos y en general sobre esta crisis, este es uno de los parrafos mas significativos luego lo teneis completo:
"...Un pequeño cálculo nos puede dar una idea de la magnitud aproximada del dinero esterilizado sólo en viviendas. En España hay alrededor de un millón de viviendas por vender. La mayoría financiadas por la banca. Si consideramos que cada vivienda tiene un préstamo medio de 120.000 euros, resulta que tendríamos 120.000 millones de euros totalmente esterilizados. Bienes que ni producen ni son utilizados en el bienestar de las personas, además de tener costes de mantenimiento. Si la banca vendiera estos activos a fondos de inversión con un 30% de descuento sobre el valor de sus préstamos (hay compradores a estos precios), perdería 36.000 millones de euros, lo que significa que bastantes bancos y cajas de ahorros serían insolventes, pero, a cambio...

...continuacion...

el 70% restante, es decir, 84.000 millones de euros, podría destinarse a inversión productiva para las pymes. ¿Qué es entonces lo más conveniente para el país? ¿Seguir con la política actual manteniendo esterilizados 120.000 millones de euros sine die, esperando que suban los precios, o bien obligar a los bancos a contabilizar sus activos o sus deudas a valor de mercado? En este último caso tendríamos algunos bancos y cajas insolventes. Y, claro, precisarían la ayuda del Estado, puesto que la banca no debe quebrar. El daño al sistema sería demasiado grave. Pero sí pueden, y deben, hacerlo sus accionistas si han cometido graves errores de decisión..."

A continuacion el articulo completo:

En estas últimas semanas está habiendo una gran polémica sobre la actuación de los bancos y cajas de ahorros (la banca). La cuestión objeto de esta polémica es si estas instituciones financieras están concediendo la cantidad de crédito justo y necesario para que las pequeñas y medianas empresas (pymes) puedan continuar con su actividad "normal".
La banca argumenta, con razón, que en tiempos de crisis es normal que no crezca el crédito. Hay menos peticiones de crédito, y éstas son generalmente menos solventes. Dar más crédito sería una irresponsabilidad, argumentan.
La segunda e importante razón para no aumentar el crédito es que, dado que ni había ni hay suficiente ahorro en España para hacer frente a todos los préstamos y créditos concedidos alegremente durante la época de vacas gordas, fue necesario pedir prestado al exterior a plazos cortos (dos o tres años). La dificultad de su renovación en el exterior por parte de la banca significa que ésta dispone de una menor cantidad de dinero para prestar.
Para resolver por lo menos parte de este problema, el Gobierno ha acudido en su ayuda avalándole nuevas emisiones de deuda con el fin de que pueda obtener la liquidez que, de otro modo, le deniegan los mercados internacionales, o prestándole contra garantía de activos que otros prestamistas no le admitirían. De esta forma, el Gobierno facilita liquidez a la banca, pero a la vez tiene la impresión de que ésta no llega a las pymes. Un día la critica y al siguiente dice que está actuando correctamente. Las propias pymes dicen que se les deniegan la mayoría de los créditos que solicitan y que, en los casos en que se conceden, el tipo de interés y las garantías solicitadas son mucho mayores que antes de la crisis. El Banco de España está callado.
Como es habitual, cada uno dice su verdad, pero no toda la verdad. Falta, por lo menos, una pieza esencial para que las verdades que cuenta cada parte sean coherentes: la contabilización de la morosidad por parte de la banca.
Un pequeño ejemplo nos ilustrará sobre dos formas de hacerlo y sus consecuencias. Imaginemos que hace dos años un promotor pidió un crédito a un banco para una promoción de un piso que la tasadora del banco valoró en 100.000 euros. El banco, prudentemente, le concedió un crédito por el 80% de esta cantidad: 80.0000 euros. A su vencimiento, el promotor no consigue vender el piso y, por tanto, no puede devolver el crédito al banco. Ante esta situación, el banco tiene dos grandes alternativas: una, declarar al promotor como moroso y, eventualmente, quedarse con el piso y subastarlo. En este caso tiene que anotarse como pérdida un porcentaje que llega, en pocos meses, hasta el 50% de la deuda. La segunda posibilidad es decirle al promotor que le compra el piso por un precio igual al de la deuda, esto es, por 80.000 euros. ¿Cuáles son las consecuencias de una y otra alternativa? En la segunda no se apunta ninguna pérdida, ya que no está obligado a poner el activo comprado a precio de mercado, de acuerdo con las últimas normas del Gobierno sobre valoración de activos. Pero, de esta forma, los 80.000 euros quedan invertidos en un bien que no produce nada y, en consecuencia, es un dinero que no puede ir a parar a las pymes productivas que lo necesitan. Es más, nuestro banco deja de percibir intereses sobre la deuda que tenía, por lo que, para tener los mismos ingresos, se verá obligado a subir el tipo de interés de otros clientes que sí son solventes.
En la primera [forma de contabilizar la morosidad], el banco debe apuntarse una pérdida de 40.000 euros en su cuenta de resultados, mientras no se quede con el piso o lo venda. Pero ¿cuál es la consecuencia última de declarar al deudor como moroso y subastar el piso que tiene como garantía? ¿Hay mercado para este piso? Sí, lo hay, aunque con una rebaja muy importante sobre el precio de tasación o el de la deuda del banco. Existen fondos de inversión dispuestos a comprar viviendas en España, pero a unos precios que están alrededor del 50% de los de tasación de hace dos años.
Sin embargo, nuestro banco no está incentivado para venderlas o subastarlas, puesto que, de hacerlo, debería apuntarse la correspondiente pérdida (unos 30.000 euros en el piso de nuestro ejemplo). Y si esto lo hace con todos los deudores que no pueden devolverle el préstamo y que tienen como garantía bienes inmobiliarios, el banco puede pasar a ser insolvente y deberá ser rescatado con dinero público.
El Regulador o el Gobierno podrían obligarle a dotar la correspondiente pérdida, tanto si efectivamente se realiza como si no lo hace. Sin embargo, le permiten valorar a precio de coste y no de mercado. Y la banca, ante esta situación, ha optado lógicamente por esconder sus vergüenzas con el permiso expreso del Gobierno y del Banco de España. ¿Quién querría declararse en quiebra si puede optar por esperar a ver si sus activos suben de valor? Ni la banca ni nadie. Su decisión más racional es esconder sus pérdidas reales esperando que los activos que tienen como garantía aumenten su valor.
Un pequeño cálculo nos puede dar una idea de la magnitud aproximada del dinero esterilizado sólo en viviendas. En España hay alrededor de un millón de viviendas por vender. La mayoría financiadas por la banca. Si consideramos que cada vivienda tiene un préstamo medio de 120.000 euros, resulta que tendríamos 120.000 millones de euros totalmente esterilizados. Bienes que ni producen ni son utilizados en el bienestar de las personas, además de tener costes de mantenimiento. Si la banca vendiera estos activos a fondos de inversión con un 30% de descuento sobre el valor de sus préstamos (hay compradores a estos precios), perdería 36.000 millones de euros, lo que significa que bastantes bancos y cajas de ahorros serían insolventes, pero, a cambio, el 70% restante, es decir, 84.000 millones de euros, podría destinarse a inversión productiva para las pymes.
¿Qué es entonces lo más conveniente para el país? ¿Seguir con la política actual manteniendo esterilizados 120.000 millones de euros sine die, esperando que suban los precios, o bien obligar a los bancos a contabilizar sus activos o sus deudas a valor de mercado? En este último caso tendríamos algunos bancos y cajas insolventes. Y, claro, precisarían la ayuda del Estado, puesto que la banca no debe quebrar. El daño al sistema sería demasiado grave. Pero sí pueden, y deben, hacerlo sus accionistas si han cometido graves errores de decisión.
Japón, en los años noventa, siguió una política parecida a la que está aplicando ahora nuestro país. Escondió las pérdidas que la banca tenía de hecho sobre la base de refinanciarles su deuda para que pudieran mantener activos cuyo valor real era muy inferior al que figuraba en el activo de su balance.
Las consecuencias son de todos conocidas. Tuvo una década de estancamiento y, aún ahora, después de 15 años, sus activos inmobiliarios no han logrado recuperar el valor que tenían antes de la crisis. Después de siete u ocho años del comienzo de la crisis, el Gobierno tuvo que forzar el saneamiento de los bancos. Durante estos años, los bancos fueron verdaderos zombis, pero seguían operando. Todo parece indicar que aquí estamos siguiendo los mismos pasos que Japón en esa década perdida. Ya tenemos bancos zombis. Y, mientras tanto, las pymes productivas se asfixian y, en muchos casos, se mueren.
Este es el enlace al articulo en la fuente original: Articulo de David Villalba
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6 comentarios:

  1. deberiamos aplicar la misma politica que aplica el presidente de francia.
    que se vean obligados los bancos a dar prestamos a pymes y a gente de a pie.
    es la unica solucion

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  2. Hola Ramon:
    Me gusta mucho tu blog y hace mucho que lo leo.......quiza lo que te diga no te agrade pero creo que eres unos de los pocos optimistas con respecto a la bolsa estoy de acuerdo contigo que en algun momento tendran que rebotar pero no he visto hasta ahora una solucion clara al problema y es que no estan yendo al corazon del asunto y solo le dan vueltas...el corazon del tema es valorar realmente los activos toxicos y solo estan dando ayudas a bancos que solo guardan el dinero...conclusion la agonia se dilata

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  3. Creo q obama ha desperdiciado el factor cambio de gobierno y no sabe o no quiere coger el toro por los cuernos

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  4. Hola a todos, con respecto al segundo comentario soy optimista con algunos valores pero ni mucho menos con todos, soy pesimista con inmobiliarias, muchas constructoras, valores con mucha deuda y ultimamente con algunos bancos medianos tambien.
    Si que es cierto que hay algunos valores que me gustan y creo que el mercado castiga injustamente, para mi el mejor ejemplo es BME, sin deuda, con beneficios (con y sin crisis, con crisis algo menores) y absolutamente infravalorado en mi humilde opinion.
    Un saludo y gracias a todos por vuestra aportacion, mañana tocamos los 7.400 esperemos que no caigan al menos al cierre.
    RAmon

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  5. Muy buen artículo, pienso como el autor que para atisbar el inicio de un proceso de recuperación y dejar de caer es necesario un proceso de retorno del dinero al circuito productivo y una clarificación de la situación bancaria de manera que la confianza vuelva a aparecer en los mercados. Mientras tanto el circulo vicioso se va cerrando y asfixiando a la economía y los efectos están siendo devastadores.
    En la Pyme que trabajo, hemos pasado de 108 trabajadores a los 69 actuales y estamos en proceso de reducir entre 15 y 19 personas más y las cosas siguen empeorando. Las ventas siguen cayendo y los cobros cada vez más difíciles.
    Las otras Pymes con las que hablamos no están mejor que nosotros. No me creo ni por asomo la previsión de caída del PIB del gobierno y ya ni siquiera la del FMI. Pienso que será superior al 3% la caída de este año y el paro por supuesto que va a pasar del 20%, eso lo ve toda persona que está en el mundo productivo y habla con proveedores y clientes de diferentes sectores.
    En ese entorno creo que el Ibex a pesar de representar a empresas muy destacadas va a seguir cayendo y desde mi punto de vista por debajo de los mínimos de la anterior crisis.


    Un saludo a todo seguidor del blog

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  6. Estimado Chicharrero. Sin ánimo de meterme donde no me llaman, permíteme que te haga algunas apreciaciones que quizás te puedan ser de ayuda. No soy propenso a dar consejos y menos en un tema tan delicado cómo sobre el uso que cada uno debe de hacer de su capital. En consecuencia considera mis próximas palabras más como un intercambio de experiencias que todos los traders anhelamos en la soledad de la pantalla.
    Yo he vivido en multitud de ocasiones el sentimiento de pérdida que tú ahora mismo tienes y sé que es muy duro y del que es muy difícil sobreponerse psicológicamente. El miedo a otra pérdida te encorseta y no te deja pensar con claridad. Me duele que un trader sea eliminado del mercado, pensando egoístamente, al ser un espejo en el que no me quiero ver reflejado.
    Cómo te decía, permíteme algunas apreciaciones con el mejor de mis deseos.
    1.-Si efectivamente te encuentras incómodo con las posiciones que tienes, quítatelas de encima. Pero hazlo con cabeza. Si ya has descontado mentalmente un determinado nivel de pérdida, trata de que este sea el mínimo. Yo he pasado por momentos de “depresión” en que he cerrado a lo bestia todas mis posiciones perdiendo mucho más de lo que era necesario.
    2.-Si te gusta el trading, no necesariamente lo abandones. Tómate un descanso. Sanea tu mente. Si estás muy chafado psicológicamente, no operes de inmediato. Si realmente te gusta este mundo, te será mucho más difícil de lo que crees abandonarlo al 100%. Aunque suene a cachondeo, en esto de los mercados la Ley de Murphy está a la orden del día. Basta con que cierres una posición porque te atosiga para que el mercado se mueva en el sentido que tú esperabas. Esto ocurre innumerables veces y seguirá ocurriendo. Por ponerte un ejemplo y en mi caso, cuando he tenido una pérdida importante con un determinado índice, lo suelo aparcar momentáneamente y no vuelvo a operar con él, hasta que ha pasado un tiempo. Deja que se enfríe y no te obsesiones con ese índice o determinado valor. Existirán otras oportunidades con nombre y apellidos distintos. Lo que cuenta es el resultado global. Y nunca promedies. Piramida, pero no promedies.
    3.- Cómo decía por ahí un compañero, quítate de la cabeza el mercado al alza. Esto es, en trading da exactamente igual que suba o que baje, lo importante es coger la dirección adecuada. Yo, por ejemplo, me suelo sentir más cómodo en los mercados bajistas que alcistas.
    4.-Olvídate de operar con contado. Salvo por fundamentales, operar al contado es una falacia en que cae mucha gente. Opera con derivados en donde hay mucho apalancamiento. Tienes multitud de oportunidades con los índices europeos y americanos. Si al principio te sientes inseguro, opera con “minis” en donde una eventual pérdida, sea pequeña.
    5.-Huye del trading unidireccional. Esto es, abre posiciones contrarias (spreads).Si hay mucha volatilidad, es posible que las dos sean ganadoras en un determinado plazo de tiempo.
    6.-Desconozco con qué plataforma operas, pero esto es fundamental. Busca un broker barato y que te proporcione una buena plataforma de negociación.

    En fin podríamos alargar lo que queramos esta misiva. Hay ríos de tinta que tratan el tema. Yo he tratado de plasmar aquellos más cotidianos.

    Te deseo mucha suerte. Curro.

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